(Adolfo R. Gorosito, 2016) – Muchos cambios se producen al paso de los años por evolución de los organismos públicos, de las entidades y las empresas. Si desde hace siglos las aguas forman ríos y viajan hacia el mar, a cada segundo se trata de un río distinto desde la vertiente o la montaña. Pero la idiosincrasia de los pueblos, la composición social y las circunstancias que sugieren o imponen cambios suelen ser más lentas. Lo comprobamos al encontrar en el archivo algún artículo de vieja data que puede ser copiado estrictamente porque conserva su sabor original. Como estas opiniones personales que invito a compartir en adhesión al “Día del Periodista”:, que se celebra cada 7 de junio:
“El periodismo del interior da la cabal medida de la razón de ser de los pueblos, sin las deformaciones a que puede estar sujeto el periodismo de las grandes urbes por imposiciones empresariales, sensacionalismo o comodidad política. Proporciona el reflejo de la palpitante vida lugareña, reflejando el sentido genérico de la familia y de la sociedad, células primarias de nuestra nacionalidad.
El periodismo del interior es lucha, lirismo, inocente locura. A la sombra del adelanto asombroso de las técnicas gráficas, existen diarios y revistas que salen a la palestra bajo condiciones precarias, usando sistemas que fueron nuevos un día ya remoto. Es una de las facetas más ignoradas del periodismo heroico, de ese periodismo que se ejerce contra todo obstáculo en seguimiento de un ideal, y por vocación puesta al servicio de la comunidad.
Redacción y tipografía, o redacción y linotipia, computadora o láser… ¡Cerebro y corazón de un organismo bravío que no sabe de desmayos, pero llora lágrimas de soledad en momentos cruciales! Como en toda empresa nacida en el llano, debe jalonar su marcha a través de los tiempos dejando rastros de fe, valentía y tenacidad.
La Radiofonía, la Televisión y la Informática se incorporaron –lógica consecuencia del progreso tecnológico – a la misión informativa que debe iluminar el camino de la humanidad. Es importante el compromiso y profunda la responsabilidad. Son medios de comunicación social diferentes en sus estructuras y alcances, pero participantes del dinamismo que aseguran la noticia concreta y el comentario edificante”
Al conocer en Capital Federal a José Narosky, nacido en Darragueira, escritor famoso por sus aforismos, me presenté en mi condición de periodista del interior. Le extrañó esa aclaración y me dijo: “Si usted es periodista lo es en todo tiempo y lugar. No se subestime”. Entonces aclaré: “No me subestimo, señor. Pero considero diferente al periodismo del interior, porque todos los días y con cada información o comentario estamos dando examen ante nuestros vecinos”. Sonrió, estrechamos nuestras manos y cerró el breve diálogo diciendo: “Tiene usted razón. Es un criterio correcto”.
