(Adolfo R. Gorosito, 2020) – La poeta Lucía Godoy Alcayaga, cuyo seudónimo es Gabriela Mistral, nacida en Vicuña (Chile) en 1884 y falleció en Nueva York (1957). Fue poeta, diplomática y pedagoga. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1945. Es muy extensa y luminosa su trayectoria. Recordemos su mensaje titulado “Plegaria por el nido”:
“Dulce Señor , por un hermano pido, indefenso y hermoso: ¡Por el nido! Florece en su plumilla el trino; y dicen que el trino y el ala son cosa de los cielos. Suave tu brisa sea al mecerlo, mansa tu luna sea al platearlo. Fuerte tu rama al sostenerlo corto el rocío al alcanzarlo. De su casita desmañada tejida con hilachas rubias desvía el vidrio de la helada y las guedejas de las lluvias. Desvía el viento de ala brusca que lo dispersa a su caricia y la mirada que lo busca, toda encendida de codicia… Tú que me afeas los martirios dados a tus criaturas finas, la cabezuela de los lirios y las pequeñas clavelinas. Guarda su forma con cariño y lo caliente tu pasión. ¡Tirita al viento como un niño y se parece al corazón!”.
Finalizo con esta reflexión tan prosaica que nos regresa a las cosas cotidianas: En el patio de casa hay una planta de nísperos. Una pareja de palomas torcazas trabajaba en la preparación de su nido. Admirábamos el esfuerzo de esas aves que inspiran paz, buscando ramitas y llevándolas hacia la horqueta elegida. Pronto encontramos un huevito que había caído sobre el pasto. La aventura de aquellas torcacitas por la procreación se truncó de pronto, por la agresividad de los gorriones y el instinto cazador de un gato que se lamía triunfante.
