48 (Adolfo R. Gorosito, 2020) – En Latinoamérica vivieron y sufrieron muchos los hombres y mujeres procedentes de Africa, que llegaban como esclavos a tierra americana. En la Asamblea General de 1913 se abolió la esclavitud, pero esa condición denigrante se prolongó, como trágica parte de una realidad escondida. Sintetizamos sobre un drama “paranormal” en tierras norteñas, según reflejó Canal “Encuentro”, en diciembre 2019. Tres campesinos comentaban sobre los rasgos físicos de vecinos del lugar, confirmando su vinculación con aquellos personajes que llegaron desde algún país africano. Contaban que los negros esclavos se negaban a marcar a sus burros para asegurar la pertenencia de esos animales, resistiéndose a las marcas que sus amos estamparon en sus espaldas como sello de propiedad. Según el relato ocurría en cada noche algo misterioso: sobre aquellos animales solía aparecer una sombra que danzaba en el corral, causando miedo en quienes observaban ese fenómeno. Aquellos trabajadores de color decidieron no marcar a fuego a sus burros, y el caso “paranormal” (es decir sin explicación científica) no se repitió. Así las cosas llegó un forastero que retornó a la tradicional costumbre de la marca a fuego sobre las ancas de los burros de faena… ¡Y la aparición de la misteriosa sombra volvió con mayor insistencia, sin provocar daño alguno pero significando – a nuestro entender – un alerta justificable!
